sábado, 27 de abril de 2019

¿Desde cuándo nos volvimos tan patéticos que todo el mundo se transformó en una guerra de fandoms?

¿Desde cuándo nuestra vida se volvió tan aburrida que TODO gira en torno al último episodio de Game of Thrones o la peli final de Avengers? Las empresas saben eso y se aprovechan de nosotros, está más que claro, pero lo que no es culpa de la empresas es cómo nos tratamos entre nosotros.

No sabría decir con qué empezó todo: si con la primera tele, el primer celular, el primer smartphone... lo que sí es seguro es que ahora nos subdividimos más en base a estúpidos fandoms. Nos peleamos por cuál serie o saga de libros es la más importante, que si zoi ezpezial poke no miro De Gualkin Ded, los inadaptaditos que piensan que es muy chistoso salir de la primera función gritando el final a los 4 vientos y arruinarle la función al resto que está haciendo la fila.

Está más que claro que el argentino promedio no respeta ni a su propia sombra, pero me sorprende ver hasta qué punto estamos hasta el cuello de mierda que no podemos ni dejar disfrutar al otro en paz de algo que le gusta. No, no aplica lo mismo para la pedofilia o la zoofilia o similares, antes de que caigamos en el comentario estúpido más obvio y viejo del libro. Niños, adolescentes y adultos por igual, siempre pelándose el cuero entre si, usando un pedacito de información para molestar a alguien, quien sea, el primero que pase, el viejo "puto el que lee" llevado a un nuevo nivel.
¿Cuándo nos volvimos tan enfermos? De verdad. Miren a su alrededor: hasta un puñado de niños viendo un show infantil amenaza por redes sociales a los creadores del propio show que ama. ¿Habrán nacido así de estúpidos o les pegaron mucho en la cabeza de chicos? Miles de campañas contra bullying y acoso, creo que ya que estamos podríamos hacer una sobre empatía y cordialidad. No somos animales como para no poder aguantarnos un impulso, se supone que hemos evolucionado; no importa qué tan emocionado estés con lo que acabas de ver, si le arruinas la ida al cine a todos los de la función siguiente sos un inadaptado sin vuelta. ¿En qué punto falló tanto tu educación? ¿O ser hdp viene de yapa?


¿Nunca podemos bajarnos del pony y pensar un poquito en el boludo que tenemos al lado? ¿Hace falta bardear a alguien por horas en internet porque no comparte tu opinión sobre una peli de Star Wars? ¿Por qué tenemos que aislarnos de las redes sociales sólo porque no pudimos entrar a ver una película al mismo tiempo que los demás? ¿Por qué tenemos que poner reglas para crear espacios libres de spoilers para que no nos estemos peleando con todo el mundo? ¿Por qué un fandom que antes era mi vida de repente me causa vergüenza debido a lo imbéciles de sus seguidores? Exclusividad, opinólogos, trolls, desubicados molestos, competencia, merchandising exacerbado, merchandising casero y toneladas de tutoriales en internet, fangirls/fanboys insoportables de TODO, hasta de marcas de lapiceras... Podría seguir toda la noche pero me voy a cocinar algo de pollo. Llámenme loca pero antes no teníamos todo esto; será consecuencia de la masificación del uso de la tecnología que tanto temían los baby boomers. También odio esos chistes internos por cierto, implicando que son mejores personas porque no tenían tele a color ignorando el hecho de que gente de su generación se dedicó por años a pensar en cómo ponerle color a la tele, cómo viajar más cómodo, cómo ahorrarse esfuerzo inútil, cómo fabricar un teléfono portátil o una lapicera de insulina, etc.
Pero dale, sigan flasheando que sin celulares estábamos todos mejor.

Ahora el celular no es el problema, sino la maldita gente. El celular les ha dado rienda suelta para demostrar lo imbéciles que son por dentro, ya sea con cuentas falsas o con nombre y apellido. Todo se sigue reduciendo a un tema de demostrar dominio, como el más básico de los animales. 


martes, 12 de junio de 2018

¿Estaré feliz?

Últimamente tengo la creciente certeza de que no soy nada feliz con esta vida. Si me preguntaran no sabría mentir y decir que sí.
Además de las obvias complicaciones, también está el hecho de que mi definición de "felicidad" cambió (mejor dicho, ya no sé qué es) Si me preguntaran ahora mismo qué necesito para ser feliz, diría que plata. Eso es obvio.

Pero hay tantas cosas que no puedo comprar (si ya sé, cliché al palo) y lo peor es que ni siquiera son cosas que me faltan a mí, sino cosas que le faltan a otros, como estabilidad mental o financiera, o iniciativa. Porque realmente, cuando vivís en pareja, no podés pretender que lo que te ocurre no afecte al otro, así que técnicamente las carencias del otro se vuelven mi problema. Y lo odio.

También quisiera tener esa capacidad para ser más hipócrita y no ser la "desubicada" que siempre lo arruina; la pelotuda que cobra de arriba por decir lo que nadie más se anima, aunque todos lo estén pensando; la colgada que parece que nunca sabe cómo comportarse cuando en realidad siento que son los otros los que actúan como estúpidos; la exigente que no se conforma con pretender ser estúpida y descuidada como los demás para adaptarse al grupo; la exagerada, la rompebolas que todos odian porque les recuerda lo estúpidos que son, y las boludeces sin sentido que dicen y hacen. Tal vez a los demás no les importa perder el tiempo en idioteces pero a mí si, está mal? Ya me cansé de perder tiempo, plata o energía, ya me pasó antes y no me gustó: ¿es tan terrible querer evitar un clavo y por eso llevarle la contraria al dichoso grupo? ¿Es tan terrible que sugiera usar un mapa para llegar rápido en vez de vagar por dos horas perdidos por un lugar desconocido? Porque no entiendo qué tiene de horrible que me ridiculizan y me aíslan por pensar diferente, más eficiente. 

Y no es tan fácil como decir "bueno que se jodan y se pierdan ellos" porque a la larga realmente te quedas solo, y es molesto. Bah, no sería tan molesto si no hubiera tenido amigos antes y extrañara tenerlos. Tal vez si nunca hubiera conocido a esa gente ahora no estaría lamentándome y sería mucho más independiente de las boludeces que piensen los demás de mí. Porque obvio que a TODOS eso nos importa, aunque sea que sólote importe una persona en todo el mundo, siempre le vas a temer a lo que pueda pensar de vos.
Por eso nunca pongo nada en facebook, no quiero pelearme de los pocos contactos que me quedan. No quiero que mis senpais me odien por ser como soy, aunque mi novio me conozca y me acepte. No quiero que mi familia me tenga rencor por algo que publiqué y nunca me lo diga porque crea que es caso perdido o no vale la pena discutir. Ya estoy harta de que se la agarren conmigo por lo que todo el resto del mundo dice y piensa. Pero si lo hago y lo digo yo, sólo a mí me lo dicen.

La gente es pendeja. Y no, no tengo por qué aguantarme eso, pero estaría bueno que de vez en cuando alguien se lo aguante por mí.
Me pregunto si a alguien le importará lo que yo piense de él. ¿Qué clase de persona me tendría en cuenta como para pensarlo dos veces antes de escribir un estado de facebook por miedo a que lo mire mal? ¿Habrá alguien así, o soy la única perseguida?

jueves, 13 de abril de 2017

Cómo sobrevivir al dolor de espalda (y cadera. Y cuello. Y hombros. Y...)

Es difícil expresar lo que se siente con un dolor crónico y profundo, es entre una sensación de desarmarse y furia.
Furia porque no me puedo mover y hacer todo lo que quisiera.
Pero al fin después de muchos años estoy usando un tratamiento que funciona y con el que recuperé mucho de lo que había perdido, sólo que quiero recuperarlo todo junto y ya!!
Tengo que seguir y aguantar, yhacerle caso en todo al doctor (y en cuanto algo no me suene, no colgarme y buscar otro para que después no sea mi culpa por pajera)
Es tan molesto y me hace sentir horrible, como si no fuera un ser humano, porque a las demás personas nunca las veo retorciéndose de dolor como yo. Sé que pueden llegar a hacerlo, sé que mucha gente padece de algo, sé que miles o millones tienen lo mismo que yo y peor, es sólo que no se lo ve y no se percibe igual así. De todos modos, es muy pedorro necesitar saber que otros sufren para sentirte bien contigo mismo. Pero es que somos humanos y funcionamos así, qué se le va a hacer.

jueves, 15 de octubre de 2015

Enojo

Odio todooooooooooooooooooooo odio la escuela, odio mi grupo de trabajo, los odio!!! Siento que pierdo el tiempo yendo, haciendo trabajos inútiles en grupo que no llevan a nada!!! Odio tener que ser la que siempre salve las papas del fuego, saben qué?? NO voy a hacerlo más!!

No sé cómo descargar tensiones, mejor dicho ninguna forma me resulta efectiva. Justo que quiero volver a pakua, me empiezan a cargar con trabajos y finales.

lunes, 20 de abril de 2015

Gatito gris

Hace 5 días rescaté un gato de la calle. Yo estaba enferma y apenas me aguantaba sola de la congestión y moquera que tenía. El mismo día lo llevé al veterinario, falté a clases y lo traje a casa con suero y anestesiado.

Le costó mucho despertarse de la anestesia. Ya el jueves yo estaba peor y necesitaba ir al médico si o si. Me la pasé compartiendo fotos en face y buscando ayuda económica y tránsito para el gato porque yo no daba abasto conmigo misma. Por suerte ese día no tenía clases y pude ir al médico a la siesta, y luego llegué a casa a ocuparme del gato, porque me daba mucha inseguridad dejarlo solo a la tarde.


Empezó a levantarse y salirse de la colchoneta. A todo esto, ni hablar de tránsito. La única persona que se ofreció no tenía plata ni yo tampoco, aparte que no contaba con tiempo para, en el caso de haber tenido plata, hacérsela llegar. Ya no podía faltar a clases pero me recomendaron que no me estresara demasiado y que sólo lo hiciera seguir el tratamiento y que ya veríamos qué hacer. Hasta que el jueves a la noche se le dió por acostarse delante de la puerta de la habitación donde lo tenía con la cabeza apoyada en la puerta, un poco como Nisman. Tuve que hacer malabares para abrir la puerta milímetro por milímetro y lograr jalarlo un poco para poder abrir. Esa noche volqué un escritorio delante de la puerta para mantenerla abierta y vigilar que el gato no hiciera lo mismo de nuevo.


El viernes le quise dar de comer y me mordió fuerte un dedo. Me asustó pero pasaban las horas y no fue más allá de una hinchazón normal. Volví de la escuela y el gato no estaba en el cuarto. Con mi novio y mi viejo lo buscamos por toda la casa, pensando que se habría escapado por ser feral, pero ¿cómo había podido saltar al escritorio y subir la escalera en su estado? Caminaba a los tumbos y se golpeaba contra los muebles, cada vez que lo volvía a la colchoneta se escapaba y no me dejaba ni que lo tapara con una toalla estando en el suelo, a pesar del frío que hacía. Resultó que estaba entre la puerta y la pared, en un mínimo espacio, apretado y sucio, y con nuevos cortes en la cara por andar arrastrándose a saber por dónde. Me volví loca y me desesperé, no podía verlo así y no podía tenerlo en mi casa. Estaba aún más enferma que lo que debería haber estado, ya medicada y todo, pero me enloquecía no saber qué hacer con el gato. Decidí llevarlo a internar en una clínica para que lo tuvieran vigilado ya que a mi no me daba el cuerpo ni para manejar, fue mi novio quien nos llevó allá. Meterlo en el canasto fue otro drama, estaba aferrado con uñas y dientes a la colchoneta donde dormía y no se soltaba por nada del mundo.


Intenté abrirle la boca, salpicarlo con agua a ver si se asustaba y la dejaba, tironear suavemente hacia varios ángulos, llorando de rabia, cansancio y frustración, arrastrándome por el piso sin saber qué hacer, hasta que al fin se soltó solo y pudimos cerrar la tapa. En la veterinaria el doctor aventuró que no había sido chocado sino que era bastante viejo, y todas sus heridas (el ojo inflamado, la mandíbula infectada, los dientes rotos, la boca con úlceras e incluso larvas de mosca que le había sacado hacía días, la peladura expuesta en un costado de la cara, el quiste fibroso del otro lado, cierta desigualdad en sus costillas, deshidratación severa entre otras cosas) se debían a su avanzada edad, y muy probablemente a alguna enfermedad felina equivalente al Sida o al cáncer en los humanos, más la posibilidad de un daño neurológico por la forma en la que se caía de cabeza y caminaba tan erráticamente, además de que el ojo malo parecía también un indicio. Lo dejamos con suero, vitaminas y medicamentos, en la UCI de la veterinaria donde además le controlaron la temperatura y le pusieron oxígeno.


Fuimos a dormir a casa de mi novio completamente exhaustos, todavía sin respuesta de las cadenas mascoteras. Intentamos una nueva publicación al grupo que enviaba sus casos a la veterinaria donde dejamos al gato y nos fuimos a dormir. Las dos únicas personas que me ofrecieron ayuda antes de eso viven en otras provincias y ofrecieron correr con los gastos, pero ¿qué seguridad tenía yo de que fuera cierto? No por desconfiar de las intenciones de la gente, pero también hay muchísimo hijo de puta, además yo no los conozco a ustedes. En fin.


Al final el sábado hablamos con una doctora con cara de pocas pulgas que nos sugirió análisis de sangre y varios más para evaluar el estado del gato, más ansiosa porque nos lo lleváramos que otra cosa. La cuestión es que no nos dió buena impresión, parecía más apurada por atender otros casos y que siguiéramos pagando por exámenes varios que no podía pagar ya ni estaba en condiciones de otro baile como ese. Hablé con mucha gente ese día, entre ellos mi tía (quien me tiró unos pesos que le presté hace poco) pero ya me parecía obvio lo que había que hacer.

No podía cuidarlo, no podía ni conmigo misma por la congestión que tenía, estaba agotada y con febrículas y encima tenía que ir a clases toda la semana siguiente y presentar un trabajo. Todo apuntaba a que se trataba de un problema neurológico que es incurable, algo simplemente no era normal en ese gato y calzaba con el perfil de enfermedad seria. ¿De qué me servía seguir pagando internaciones si no podía cuidarlo? Y no me quedaría plata para los análisis.

El tercer doctor al que vinos era más serio y nos dijo que está bien, que lo pondría a dormir. En su opinión también parecía algo neurológico, aunque no insistió mucho en el tema de los exámenes. Ya el médico de la guardia era de la opinión de dormirlo en ese mismo momento porque casi no levantaba temperatura de lo descompensado que estaba. ¿De qué me servía llevarlo a casa donde se volvería a descompensar? Lo tuve casi toda una noche con caloventor y abrigado, pero como al día siguiente estuvo muy sofocado no noté que no tenía buena temperatura, esto recién se hizo evidente al otro día que hizo frío de nuevo.


Tenía mil pesos en el bolsillo, pero sólo en dos días de internación se me iban 700 y, más importante, después no podría cuidarlo ni volver a pagar otra consulta más los análisis. Me partía el alma pero ya no podía más con eso.

Ahora entro al dormitorio donde estuvo estos últimos días y todo sigue oliendo a él, a pesar de que lavé hasta la última tela que estuvo en contacto con el gato (el chinitillo, como lo llamaba) y que ventilé todo, lavé el piso con lavandina casi pura y desinfecté todo. Aún así sigue oliendo a gato y me destroza el alma. Sigo sintiendo que lo maté con mis propias manos por un capricho, aunque me planteé todas las posibilidades y evalué mis limitaciones y las del gato. Realmente era poco probable que viviera más tiempo, y la vida con problemas neurológicos en los gatos es de terror, mi novio lo sabía muy bien por sus anteriores gatos. Después me arrepentí de no haberlo tenido en mis brazos mientras se dormía, estuve junto a él y le acaricié la cabeza pero después pensé que tendría que haberlo alzado aunque fuera. Le decía "perdón, chiquito, perdón chinitillo" pero no sé si me entendió. Eran sus últimos días en la Tierra y tuvo que escucharme llorando de rabia y dolor, lo que seguro no lo hacía sentir muy bien. Se ve que no aprendí con lo de mi mamá, soy una pésima acompañante.


Al final subimos al cerro y lo dejamos en un lugar que parece bastante poco frecuentado (lo digo porque no había ni basura) detrás de una piedra bien grande que lo ocultaba entero y cerca de una multitud de plantas que podrían cubrirlo pronto. Parece una pelotudez pero me dio muchísima pena ese gato horrible y deforme, y pensaba que podía cuidarlo y tal vez quedármelo. Al final me sentí por un lado aliviada pero también muy mal, si hubiera tenido más plata y no hubiera estado enferma podría haber sabido al 100% lo que le pasaba. Por su aspecto se deducían varias cosas y los médicos fueron claros en ese aspecto. Hasta podría haberlo dormido la noche que lo llevé a internar pero pensé que al menos le debía un intento de averiguar qué le pasaba.


Sé que es mucho más probable que no hubiera vivido mucho más ni cómodamente, pero cuando le daba los medicamentos y el agua con comida desarmada con una jeringa parecía que sí se iba a recuperar, y me miraba con atención con su único ojito sano y lo hice tomar agua con comida desarmada hasta que apartó la cara porque estaba lleno, y pensé que me entendía y que yo podía cuidarlo hasta que estuviera bien.


Quisiera desesperadamente abrazarlo un rato, aunque estuviera sucio y pestoso, nunca lo abracé porque parecía muy delicado, ni siquiera sabía si tenía un hueso roto y lo movía lo menos posible porque le dolía una pata, pero tendría que haberlo abrazado aunque me quería morder a cada rato. Quisiera que al menos la casa no oliera más a él. es mejor olvidarse en ciertos casos. Todos me dicen que hice bien, que hice lo que pude, pero yo no me siento así, siento que todos me abandonaron, familia y amigos, aunque todos tenían sus motivos y realmente no me podían ayudar, por mucho que quisieran. Los de los grupos de rescate me dieron respuestas muy vagas, otro directamente ni me publicó (pero si salieron publicaciones hechas después de la mía, aún cuando le dimos up y me compartieron varias veces el álbum con el pedido de ayuda)


Ahora el olor está pegado en todas partes, voy a tener que volver a limpiar todo el cuarto. Quisiera que se fuera así poder estar tranquila en mi casa. Era lo único que podía hacer, y ya sé que no sufre pero yo sufro.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Que tus estándares sean solo tuyos

Nunca fui nada de lo que mucha gente creyó que era.
No soy aplicada ni inteligente ni mejor que los demás.
No puedo ser ordenada ni sistemática por más que trato.
Tengo altos ideales que no sé cómo cumplir por mi misma, mejor dicho que no soy capaz de llevar adelante yo misma, sola, porque me agota la sola idea. Todo el mundo te dice que una sola persona hace la diferencia pero ¿creen de verdad que eso va a pasar en la realidad? Una persona actuando sola no hace nada, lo que buscamos es inspirar a otros con nuestros actos, hasta ahí llegamos.
No soy estudiosa ni puedo mantener esa actitud todo el tiempo, no puedo estar todo el tiempo con actitud predispuesta a aprender.
Tampoco puedo estar todo el tiempo ayudando, brindando mi tiempo y mis ideas, y aparentemente algunos piensan que eso es un crimen que me inhabilita como amistad.
Ni siquiera soy tan buena en lo creativo como quisiera ser, o como yo misma esperaría ser, y tal vez pueda mejorarlo o podría, en cuanto mi cabeza se recupere del golpe.
¿Hasta qué punto te exiges a ti mismo según tus estándares, y hasta qué punto te guías de los demás?
¿Siento que el esfuerzo que hago es propio de mis capacidades o estoy por debajo de mis verdaderas capacidades?
Qué subjetivo, tratar de medir eso. Creo que no se puede separar de las interpretaciones externas.
Lo único que puedo hacer es tratar de mejorar pero... ¿y si no quiero mejorar?
No me gusta el esfuerzo, no estoy acostumbrada a él, y siento que desde ese día mi circuito del esfuerzo se ha roto y no puedo volver a ponerlo en marcha, sólo para cosas muy puntuales. Pero aparentemente las relaciones humanas y el desempeño académico no son parte de ello.
Es mi temor a esforzarme, mi temor a cansarme, el pánico que le tengo a ponerme nerviosa, la profunda aversión a que algo desestabilice mi calma. Odio ponerme nerviosa y reacciono no preocupándome por nada; si no me preocupo y actúo como si no me importara no tengo que ponerme nerviosa por ello.
Qué forma de pensar tan pedorra, únicamente me dificulta todo más.

sábado, 16 de agosto de 2014

Autoputeada

¿Por qué me persigo tanto? Si me dicen que está bien, ESTÁ BIEN!!! Mira que soy boluda...